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Cómo criar a un ahorrador

Los primeros años, de 3 a 7

Los niños de estas edades pueden pensar que el dinero sale mágicamente de máquinas especiales cada vez que Mamá o Papá aprietan unos cuantos botones, pero existe un concepto de dinero que ellos sí pueden entender.  Ellos saben que las personas necesitan dinero para comprar cosas—las posibilidades son de que ellos hayan ido con usted al supermercado unas cuantas veces y lo hayan visto llenar el carro de la compra. Los niños pequeños con frecuencia modelan el comportamiento de los padres, por lo tanto en estos viajes al supermercado, cuando usted piense que su hijo pueda estar receptivo a escuchar, usted puede decirle “No puedo comprar esto ahora, tengo que ahorrar dinero y comprarlo la próxima vez” o “¡Qué bueno que estas manzanas están a un precio realmente bueno; así puedo comprar más!”

Este tipo de comentario se les graba y con suerte hará que su hijo piense sobre el dinero y cómo gastarlo. Una vez que los niños puedan identificar monedas y billetes, regáleles una alcancía o un envase transparente para que guarden cualquier dinero que se ganen o que les regalen. Dígales que se pueden comprar algo que ellos quieran una vez hayan ahorrado cierta cantidad (asegúrese de que el artículo/precio es el adecuado y dentro de un plazo financieramente corto de alcanzar).  Pegar una foto del artículo en la alcancía puede crear una meta visual a alcanzar. Por supuesto, los niños necesitan tener una manera de ganar algún dinero. Considere asignarle una mesada semanal y/o que realice pequeños trabajos en la casa. Algunos padres atan la mesada a quehaceres; otros consideran los quehaceres son parte de la vida familiar diaria, pero pagan extra por “súper” quehaceres. La meta general es que su hijo se entusiasme al ver cómo su montón de monedas y billetes va creciendo.

Los años intermedios, de 8 a 12

Estos años constituyen el punto más adecuado para establecer un cimiento financiero sólido.

Los niños de esta edad están más conscientes financiera y materialmente - tienen una idea general de lo que cuestan las cosas (por lo menos las cosas que ellos quieren), ellos ven (y desean) lo que tienen sus amigos, reciben un bombardeo de anuncios, les preguntan qué quieren de regalo por sus cumpleaños, y  también tienen una opinión en cuanto a su vestuario y artículos para la escuela que reciben cada año.  Y, no son tímidos al señalar otros artículos que desean – electrónicos, equipos para deportes, decoración de su habitación.  Lo suficiente para que sus padres se estremezcan.

¿Qué es lo primero que debe hacer? Explíquele la diferencia entre “necesidades” y “deseos”. Continúe  asignándole una mesada y establezca la regla de 50-25-25 (o alguna variante) que destina 50% para gastos necesarios inmediatos, 25% para la compra de artículos más caros, y 25% para ahorros a largo plazo. Considere parear una parte de ese 25% para que su  hijo esté más motivado a ahorrar. Abra una cuenta de ahorros para los ahorros a largo plazo de su hijo, y explíquele cómo funciona el interés compuesto.  

Ayude a su hijo a establecer metas financieras, tanto a corto (una patineta o una sudadera) como a largo plazo (una computadora).  Cuando se trate de gastar, explíquele; y modele, los conceptos de gratificación retardada, de priorizar las compras y de buscar soluciones intermedias. Ayude a que su hijo aprenda a obtener el mayor valor por su dinero al seleccionar mercancía de calidad, hacer comparaciones al comprar, esperar por ventas especiales y a desalentar el impulso de comprar. Hágale ver que usted tampoco puede comprar todo lo que quiere todo el tiempo. Introduzca el concepto de presupuesto al explicarle cómo funciona el presupuesto familiar.  Sin necesidad de entrar en detalle de números, explíquele cómo el sueldo que usted recibe por su trabajo se debe usar para pagar por las necesidades como comida, vivienda, servicios y ropa, y si sobra algún dinero, este se debe separar para ahorros de emergencia, y para “deseos” como ir al cine, restaurantes y juguetes nuevos y artefactos.

Los años de la adolescencia

Los jóvenes en esta edad con frecuencia parecen tener abismos financieros que crecen permanentemente--$10 aquí, $20 allá, una computadora, equipo para deporte, un instrumento musical, excursiones escolares, gasolina para el auto, sin mencionar los inminentes gastos universitarios.

Construya sobre la base del ahorro, del establecimiento de metas y de las lecciones de presupuesto que creo en los años anteriores. Sea más específico en cuanto al costo de las cosas en el presupuesto familiar, y explíquele que además de pagar por los gastos del día a día y ahorrar para la Universidad, usted está ahorrando para su propio retiro. Cuando su hijo sea lo suficientemente mayor, estimúlelo a buscar un trabajo para que ayude a pagar por algunos de los gastos típicos de escuela superior (high school) y para comenzar a crear su propio nido. Enséñele cómo usar una tarjeta de débito/ATM, balancear una chequera y administrar sabiamente el crédito – destrezas que necesitará en la universidad. Finalmente, usted puede introducirlo  a conceptos financieros más avanzados, tales como acciones, bonos, cuentas IRA, y a diversificar las inversiones, mediante la búsqueda de información en libros de inversión dirigidos a adolescentes y en sitios web financieros.

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